Cuando el amor no está presente en su vida, usted ha sucumbido ante el ego y permitido que el miedo entre donde el amor reside. Ha permitido que el ego reemplace a Dios.
El amor, como dijo Dostoyevski, es lo más importante de la vida. Constituye
la esencia del universo. Es el vínculo que mantiene juntas todas las cosas. Es
la sustancia de tu yo superior. «Dios es amor» es una tautología, la frase tiene
exactamente el mismo significado cuando se la lee hacia delante o hacia
atrás.
El ego intenta mantenerle desconectado de su amorosa esencia divina, porque
el interés del ego se ha concentrado en el mundo exterior. El ego tiene miedo de
morir si usted comienza a desarrollar una relación con la parte interna de sí
mismo. Ser capaz de amar a su ego, basado en el miedo, incluso mientras fomenta
el miedo —como técnica de supervivencia—, podría constituir uno de los más
difíciles retos de su búsqueda espiritual.
Provocar miedo es una táctica del ego, ya sea de su propio ego como del ego
del mundo. El ego del mundo es un reflejo del poder del ego individual y de la
cantidad de miedo existente. El miedo está presente cuando no sabemos que
formamos parte del designio divino de Dios.
El ego hace que transmitamos la energía del miedo en lugar de la energía
del amor. Y esta energía del amor está presente en todos nosotros durante
nuestra breve estancia en el aquí y ahora.
Aprender a gozar de amor auténtico significa abandonar la insis-tencia del
ego de que tiene mucho que temer y de que nos encontramos en un mundo
hostil.
La madre Teresa de Calcuta dice que el amor es el tema central de nuestra
existencia. Ella escribió: «Con este propósito hemos sido creados: para amar y
ser amados». Estas útiles palabras le recuerdan que comience a dominar su ego,
pues usted está aquí con el propósito de amar y ser amado.
Si no está viviendo en amor, ello se debe a que tiene miedo. Necesita
examinar con honradez sus miedos, y con amor. Cuando lo haga, transformará sus
miedos, mediante el amor, en amor. Abrirá dentro de usted un espacio que sólo
puede ser ocupado por el amor. En este espacio tiene un propósito, recorrer el
camino del yo espiritual. Pero primero tiene que ver cómo sustituir el miedo por
amor.
Su ego fomenta de manera constante el miedo porque teme al auténtico amor.
Este falso yo ayuda a convencerle de que, de alguna forma, usted está
incompleto. Ésa es la fuente de todos los miedos. Así que usted, como mucha
gente, intenta llenar ese vacío con las soluciones del ego.
Temeroso de que su vacío, su ser incompleto, quede al descubierto, dedica
una gran cantidad de tiempo a crear una falsa imagen de felicidad. Pero si se
detuviera y llevara a cabo una valoración realista, podría percibir que el
sentimiento de ser incompleto es la llamada que le hace una parte de usted mismo
que ha repudiado.
¿Qué puede no gustarle de la inteligencia universal que fluye a través de
usted? Darle la bienvenida al ser espiritual que usted es, tener una experiencia
humana y sentir el amor que hay en ella... ¿qué puede no gustarle de eso?
El miedo a dejar al descubierto su vacío hace que busque de forma constante
relaciones que el ego le dice que satisfarán el anhelo que hay en su interior.
Lo que sucede es que cuando se entra en una relación se está hambriento del amor
que supone el yo superior. Su anhelo se encuentra enmascarado, finge ser otra
cosa. No es de extrañar que tanta gente piense repetidamente que ha encontrado
el amor, y repetidamente declare haberlo perdido.
Qué diferente es cuando se puede detectar el vacío interior y pensar: «¿Qué
puede no gustarme? Este anhelo forma parte del ser humano y del conocimiento del
amor». Entonces le hará saber al ego que el miedo no es lo que prefiere.
Imagínese cómo podría ser nuestro mundo si la gente supiera que ya está
completo.
¿Qué necesitaría comprar? ¿Qué tendría que poseer? ¿A quién debería
impresionar? ¿A quién necesitaría llevar del brazo? Las respuestas le darán una
idea de cuan a merced estamos del miedo de que somosincompletos, inaceptables, y
lo inconscientes que somos de nuestra conexión divina.
El miedo que sustituye al amor no es nada más que un miedo a que nos
rechacen. A la práctica totalidad de los miedos puede seguírseles la pista hasta
la propia estima. Si se ama a sí mismo, será capaz de transformar sus miedos
mediante el amor, y no permitirá que dirijan su vida.
Si tiene una sensación interna de estar completo, de conocer la esencia
divina, el miedo se convierte en una amorosa invitación a saber más o a cambiar
algo en su vida. El miedo ya no le amenazará como hacía cuando no conocía su yo
superior.
Cuando se conoce íntimamente el yo superior, uno tiene a su disposición una
profunda sensación de amor, y el miedo, tal y como se conocía, se convierte en
un imposible. Con esto en mente, la respuesta a la pregunta retórica «así pues,
¿qué debe no gustarme?», Es que no hay en absoluto nada que no deba gustarle. No
hay nada que temer cuando uno sabe que es una criatura divina y está completo, y
que no tiene que hacer nada para demostrarlo.
No tiene por qué ingresar en un monasterio y vivir en silencio para llegar
a esta respuesta. Sólo tiene que hacer el voto de reemplazar el miedo por amor.
Cuando sea capaz de hacer esto, estará escuchando a su yo espiritual.
Extractos de Tus Zonas Sagradas.
Wayne W. Dyer